LAS COMPARACIONES… ¿ODIOSAS o NECESARIAS?

Hablaba hace unas semanas con un cliente sobre la forma de plantear su política de movilidad internacional, política que, como le comentaba, trabajaremos de manera “diferente”, comprensiva para sus usuarios (léase RR.HH pero también el empleado), adaptada (sí, adaptada con todas las letras) a la empresa, a los nuevos tiempos y al nuevo mercado internacional, políticas que por otro lado nos darán para una o varias publicaciones…

Y entonces vino la pregunta: ¿y… vamos a COMPARARLO con lo que hacen el resto de empresas del sector? A lo que yo le contesté: lo compararemos pero… ¿por qué no empezamos por hacer algo con lo que la propia empresa y empleado se sientan cómodos?

Desde entonces llevo tiempo dándole vueltas a este tema, escribiendo, cambiando, corrigiendo y por fin me he decidido a escribir sobre ello… LAS COMPARACIONES!

Arruti Consulting

No puedo evitar empezar este tema con una definición, vital para este tema: “benchmarking”, ese anglicismo que nos encanta utilizar a todas horas, y que parece tener más fuerza que el hablar de “punto de referencia”.

“benchmarking”, según wikipedia consiste en tomar «comparadores» o benchmarks a aquellos productos, servicios y procesos de trabajo que pertenezcan a organizaciones que evidencien las mejores prácticas sobre el área de interés, con el propósito de transferir el conocimiento de las mejores prácticas y su aplicación.

Visto así, no cabe duda de que es algo positivo, y lo que está claro y siempre he interiorizado, es que la información es poder, y sin una referencia estamos perdidos, y por tanto, saber qué y cómo hace el “vecino”, nos puede hacer fuertes, pero si no somos capaces de utilizar o gestionar esa información, ni sacar conclusiones, quizás la comparativa se quede en mero “cotilleo”. Si, si, no me malinterpretéis, porque, ¿cuántas empresas han adquirido un estudio salarial y tras comprobar que están en el percentil más bajo se han quedado de brazos cruzados?, ¿cuántas empresas han leído las conclusiones del estudio y han dicho… esto ya lo sabía? El problema, claro está, no radica en el que hace o facilita el estudio, sino en el que lo adquiere sin estar dispuesto a cambiar, avanzar, aceptar errores…

Arruti Consulting

De hecho, si hacemos una primera división, comparación a nivel empresa y comparación a nivel particular, vemos que lo que en el ámbito empresarial se vende (comparativas salariales, estudios de mercado, estudios regionales, estudios sectoriales, ranking de empresas mejor/peor posicionadas en inversiones socialmente responsables, en igualdad de género, en…), a nivel particular se evita comentar (salarios, beneficios, planes de carrera…). ¿Y si le diéramos la vuelta? ¿Si le otorgamos a los empleados la información con la que cuenta la empresa? ¿Acabaríamos con tabúes? ¿Estamos preparados? ¿Crearíamos una revolución de la clase trabajadora? ¿Para qué usamos la información?

Mientras pensamos en ello, podemos hablar de un tercer grupo, en el que se rompe el molde (una vez más): el colectivo de expatriados, ese colectivo de empleados de diferentes empresas asignados al extranjero que, si plasmaran en un documento las conversaciones que tienen en aviones, aeropuertos o en el transporte habilitado a polígonos en el extranjero, serían capaces de retar a grandes consultoras (quizás con un tinte algo más subjetivo), que utilizan mucho tiempo y recursos en estos estudios donde se habla de planificaciones fiscales, paquetes de compensación, pluses, y un largo etcétera. ¿Por qué lo ponen en común? Porque tienen un objetivo, conocer el mercado para, caso de ver algo mejor, solicitarlo,  dentro o fuera de su empresa!

A excepción de los estudios utilizados para empezar de cero en temas que la empresa desconoce y quiere lanzar, quizás sea ese primer objetivo el que la empresa debe trabajar antes de solicitar un estudio. Mirar sus propias prácticas (salariales, políticas de expatriación, etc.), ver lo que ofrece, qué consecuencias está teniendo en rotación, rendimiento, y lo que está dispuesto a cambiar, ver las posibilidades de cambio y las expectativas puestas en el mismo…y entonces, sólo entonces, cuando estemos preparados, comparémonos.

Os invito a reflexionar y a compartir vuestras opiniones conmigo; eso sí indicadme por favor situación profesional y sector, ya que si no, no podré extraer conclusiones y compararlo!